El 26% de las muertes por covid-19 en el mundo ocurrieron en América Latina y el Caribe pese a que la región contiene sólo al 8,4% de la población mundial. Esta enorme desproporción tiene varias explicaciones.
La profunda desigualdad socioeconómica en las Américas y el menor gasto público en salud en la región agravaron las consecuencias de la pandemia. Así lo reveló el informe “Desigual y letal: Cinco claves para recuperarse de la crisis de derechos humanos que desató la pandemia en América Latina y el Caribe”, de Amnistía Internacional (AI) y el Centro por los Derechos Económicos y Sociales (CESR).
América Latina enfrenta riesgos muy altos, según el FMILos países con mayor desigualdad y menor gasto público en salud fueron los que más sufrieron durante la pandemia. Los efectos más devastadores recayeron sobre los grupos históricamente marginados: mujeres, indígenas y personas afrodescendientes, entre otros.
“La covid nos dejó una dolorosa lección: la profunda desigualdad socioeconómica en las Américas agravó las consecuencias de la pandemia. Es fundamental reconsiderar las políticas públicas vinculadas a la salud y a la protección social basándose en los derechos humanos para evitar adversidades en nuestra región, la más desigual del mundo”, dijo Mariela Belski, directora ejecutiva de AI Argentina.
"América Latina enfrenta riesgos inusitadamente altos", alertó el FMIA pesar de los niveles alarmantes de pobreza en América Latina y el Caribe, en los últimos decenios los gobiernos no recaudaron suficientes ingresos por impuestos ni combatieron la desigualdad, ni siquiera en épocas de expansión económica, según ambas organizaciones.
El resultado es un escaso gasto en atención de la salud y protección social -desempleo, pensiones y apoyo a la infancia-, “indispensables para una vida digna y para defender de verdad los derechos humanos”.
Del centro a la periferia: ¿Por qué crecen los extremos políticos en América Latina?La Organización Panamericana de la Salud (OPS) establece que debe dedicarse, como mínimo, un 6% del producto bruto interno (PBI) a la salud. Casi todos los países de la región gastan mucho menos que eso en salud pública. Perú, en el decenio que precedió a la pandemia, no aumentó el gasto en salud, a pesar del crecimiento económico, y sólo invirtió el 3,3% de su PBI.
El impacto de la guerra en la economía de América LatinaLos países más desiguales de la región, como Perú, México, Brasil, Chile, Colombia y Paraguay, tuvieron las mayores cifras de muertes por coronavirus cada millón de habitantes
México, Brasil y Perú, donde el 1% más rico de la población acapara más del 30% de la riqueza nacional, registraron las cifras más elevadas de muertes por covid-19 en la región.
Chile, donde el 20% más rico de la población acumula 10 veces más ingresos que el 20% más pobre, también tiene una de las tasas de mortalidad per cápita más altas de la región.
Más allá de que muchos destinaron subsidios y ayudas monetarias durante la pandemia, no se amplió el seguro médico ni se implementaron suficientes mecanismos de seguridad social universal o extender coberturas.
“Argentina invierte el 6% del PBI en gasto público en salud, positivo en comparación con países de la zona. A pesar de ello, uno de cada cuatro pesos argentinos en salud proviene de ingresos y ahorros de familias argentinas”, apunta el trabajo.
Una recomendación a los países de la región es que adopten impuestos a la riqueza, fortalezcan la progresividad del impuesto a la renta y la lucha contra la evasión fiscal. El informe completo pueden leerse en la web de Amnistía Internacional (amnistia.org.ar).